Hoy Humanidades Digitales

Hace mucho que no escribía en el blog

Al ver la fecha de la última entrada me doy cuenta de que ha pasado casi un año. No puedo continuar así. Recientemente, he leído algo especialmente atractivo, por sus contenidos y su título, 750wordsaweek -Art Criticism. Es una crítica sobre el arte de la fotografía. He tomado la misma decisión que su autor: escribir al menos 700 palabras a la semana, lo que suele contener una entrada.  Es otra forma de pensar, de compartir, contribuye a re-estructurar las ideas. Sobre todo, escribir utilizando palabras, imágenes y sonidos permite también recordar las personas y los momentos que en la vida profesional son relevantes para construir la visión de las cosas.

Pensar desde. una conferencia impactante

Lo que hoy escribo son las reflexiones que han surgido a partir  de una conferencia  a la que asistí en Londres hace algunos días: 21st century photography: art, philosophy, technique. Allí  conocí al autor del texto que os comento. Asombraban en ese congreso, entre otras muchas cosas, las ideas, la calidez de los asistentes, los contenidos y el lugar. Además de reflexiones sobre qué es la fotografía, que representa, por qué, su papel en el siglo XXI, todo ello desde un enfoque interdisciplinar, las presentaciones y las conversaciones con los asistentes han hecho cambiar mi idea de las humanidades digitales. Este es el tema de hoy, lo que pensaba  hace casi un año y lo que pienso ahora,  tras haber escuchado a otros, que sin mencionar directamente este concepto invitan a pensar sobre él.

¿Por qué humanidades digitales?

Internet, la presencia en la red, transforma lo que toca y obliga a repensar algo tan antiguo como el conocimiento humanístico, entendido en su más amplio sentido. La RAE lo relaciona con el mundo de las letras, con las palabras, con el lenguaje y la literatura. Leyendo a distintos autores (Berry, 2012; Burdick, 2012) podemos decir que la digitalización de las humanidades se relaciona con una evolución en tres fases .

  • La primera ola  da sus primeros pasos hacia 1940. Surge con fuerza hacia finales de los años 80 y dura hasta casi los comienzos del siglo XXI. Su objetivo fueron proyectos de digitalización a gran escala y el establecimiento de una infraestructura tecnológica. Interesaba, sobre todo, el proceso de almacenamiento y las bases de datos, que permitieran el acceso al conocimiento a nuevas audiencias.
  • Una segunda ola – lo que puede llamarse «Humanidades Digitales 2.0» – fue profundamente generativa. Se centra en la creación de los entornos y herramientas para la producción, la interacción con el conocimiento y su producción. Se habla de creadores y productores digitales.
  • Recientemente se apela a la existencia de una tercera ola, que se fija en el concepto de “lenguaje computacional”,procesos subyacentes a la digitalización. Es necesario explorar el componente digital de las humanidades digitales en función de la especificidad del medio.

Humanidades digitales y fotografía

Esa tercera fase se basa en trabajos recientes relacionados estudios de software y en la especificidad de los códigos utilizadosEn este contexto podemos preguntarnos ¿qué es la cultura, más concretamente la fotografía, después de haber sido digitalizada?  Desde esta perspectiva, sin una codificación discreta no hay objetos culturales. Los trabajos de Lev Manovich son un ejemplo de ello. Este autor necesita del lenguaje computacional para expresar los resultados de su trabajo: quiere ir más allá de los números, de los gráficos,. Para él son la fotografías mismas, generadas desde un app, las que permiten entender qué representa la fotografía en una ciudad. Merece la pena leerlo.

Ante el trabajo de Manovich son interesantes las preguntas que se plantea Paul O’Kane en el artículo que antes mencionaba sobre «El universo de la fotografía». En su opinión  existe el peligro de que en el arte contemporáneo ante las expresiones de la fotografía digital, manejando miles y miles de datos, asociados al concepto de Big Data nos perdamos el significado unido a la emoción, a la historia que alguien cuenta y que que está detrás de cada una de esas fotografías. Me atrevo a decir que recuperar el significado es el reto al que se enfrentan las huanidades digitales. La idea no es nueva, la proponía ya Jerome Bruner en los años ochenta, pero estando presente como una fuente inagotable de cuestiones