Comunidades, influencers y lenguajes juveniles

Los medios de comunicación se apoyan hoy en plataformas digitales. Las prácticas, lo que hace la gente joven en su vida cotidiana, depende en gran medida de los instrumentos disponibles, de los objetos que se manejan y entre ellos de esas plataformas. La sociedad actual gravita alrededor del software y el hardware que ha cambiado mucho más que las relaciones sociales. Hoy cuenta más que hace algunos años las presencia de las industrias culturales. Están presentes en las redes sociales y contribuyen a organizar desde dentro las comunidades juveniles, apoyadas imágenes y sonidos, a veces representaciones en 3D. Hay dos tipos de esas industrias que son relevantes: una, la que construyen las y los influencers a gran escala; otras, que no son tanto industrias propiamente dichas, sino que surgen alrededor artistas y profesionales, artesanos del discurso audiovisual.

La revista Forbes ha presentado los que considera «Los 100 mejores influencers de 2020». La primera de la lista es María Pombo. Coincide con la opinión de algunas adolescentes a las que hemos entrevistado explorando comunidades de fans. La primera es María Pombo (2,790 publicaciones, 1.7m seguidores, 615 seguidos). Merece la pena explorar su presencia en las redes sociales más habituales. Es llamativo cómo tras el fenómeno se encuentra una cuidada planificación del tipo de mensaje que se trasmite en cada una y, sobre todo del lenguaje que se utiliza, siempre adaptado a una audiencia que lo espera. Merece la pena detenerse en estos mensajes, sacados cada uno de una red social. Explorarlos en profundidad merece ser objeto de otro análisis. Ayuda a entender las reglas de Instagram, TikTok, YouTube o Twitter.